lunes, 16 de febrero de 2015

Pedrito Ruíz y César Cueto 1975: dos genios del fútbol


Junto a Hugo Sotil deben ser los máximos ídolos de la tribuna de la generación más brillante de nuestro balompié.

Pedrito Ruíz debutó en el Defensor Lima en 1968 y luego de un paso por el Juan Aurich, forma parte del equipo granate que obtuvo el título nacional en 1973. No era titular indiscutible pero ya se sabía de él que era un jugador diferente. En 1974 juega en el recién ascendido Unión Huaral y es en esa campaña en que Pedrito Ruíz confirma su condición de crack e ídolo, llevando a de la mano al club naranjero al subtítulo nacional. Sin embargo, más allá de su tremenda calidad, la prensa hablaba de su indisciplina, su poco apego al entrenamiento y su fobia a los aviones. Formó parte de la selección nacional que obtuvo la Copa América 1975 llegando a jugar contra Brasil en Lima y frente a Colombia en Bogotá y Lima. Sin embargo, su gran partido con la blanquirroja fue en el amistoso jugado ante Resto de América en donde maravilló a Joao Havelange, a Menotti y a la prensa internacional presente. En 1976 obtuvo con Huaral el primer título nacional de su historia venciendo en la final al Sport Boys de Zózimo por 2-0. No fue tomado en cuenta por Marcos Calderón para el proceso eliminatorio de 1977 y tampoco en la lista de asistentes al mundial Argentina 78. Pedrito era uno de los mejores jugadores del torneo local, pero no pudo quitarse de encima esa leyenda urbana que pesaba sobre él a pesar de su inmensa calidad. Mantuvo al Huaral como protagonista y supo acompañarlo en los momentos económicos difíciles. En 1983 es contratado por Sporting Cristal y junto a Jorge Hirano conduce al cuadro rimense al título nacional, logrando un récord que poseen pocos jugadores en el medio: haber salido campeón con 3 camisetas diferentes. Retornó al Huaral de sus amores y siguió jugando hasta 1988 año en que se retiró oficialmente del fútbol. Genio del fútbol y un ser extremadamente humilde que pudo llegar mucho más lejos. En 1975 se dijo que el Peñarol lo quería si o si pero Pedrito no pensaba apartarse del país y mucho menos de su tierra.

César Cueto debutó en el fútbol profesional en 1969. Perteneció a la promoción de José Velásquez, Félix Rubianes, Alfonso Vilela y del publicitado Reynaldo Barquero. En sus inicios Cueto jugaba en posición de puntero izquierdo. La prensa y la tribuna descubrió rápidamente su habilidad y exquisita técnica con el pie izquierdo y se empezaba a hablar de la calidad del zurdo. No obstante, Cueto no llegaba a explotar como el tremendo crack que se sabía guardaba dentro de sí, debido, según lo que especulaba la prensa de esos tiempos,  a su vida desordenada. Sin llegar a consolidarse en Alianza Lima es transferido en 1972 al poderoso José Gálvez de Chimbote junto a sus compañeros Rubianes y Barquero. Si bien Cueto demostró pinceladas de su arte, tampoco consolidó una gran campaña en el cuadro chimbotano. En 1973 y 1974 juega por Deportivo Municipal junto a Reynaldo Barquero mostrando sus notables avances como conductor en la volante edil. En 1975 retorna a Alianza Lima y forma parte de la selección nacional que obtiene la Copa América llegando a jugar en el partido frente a Bolivia en Lima anotando un tanto. Aun así, no se consolidaba como titular de la selección en donde tuvieron mayor desempeño Quesada, Párraga, Ojeda, Percy Rojas y Cubillas. En ese mismo año logra el título nacional con Alianza Lima siendo la figura del equipo. En la primera fase de la Copa Libertadores ante los colombianos Millonarios y Santa Fe, Cueto se convierte en la figura del cuadro íntimo y es reconocido por la prensa internacional como un jugador de alto nivel. En 1977 obtiene el título nacional con Alianza Lima siendo una de las principales figuras del equipo. Sin embargo, no llega a tener un espacio en el equipo titular de la selección que se clasificó al mundial de 1978. Marcos Calderón lo convoca en 1978 y a pocas semanas del inicio del mundial gaucho, en un amistoso frente a a Brasil, Calderón apuesta por la volante de Alianza junto a José Velásquez y Teófilo Cubillas y va con ella al Mundial gaucho en donde, como ya sabemos, fue elegida como la mejor volante de la primera ronda de la justa mundialista de 1978. En aquella primera fase del Mundial 78, César Cueto se muestra como un crack de nivel mundial. Luego de obtener el bicampeonato nacional con Alianza Lima, es contratado por el Nacional de Medellín en donde Cueto logra sacarlo campeón convirtiéndose en el máximo ídolo de su equipo y en el mejor jugador del torneo cafetero. Su entrenador Oswaldo Zubeldía supo agregar a su genial habilidad la cuota de marca y entrega que le faltaba para convertirse en un jugador completo e imprescindible. Fue la manija de la brillante selección de 1981 que logró la clasificación a España 82 y fue una de las figuras en la gira previa. Estuvo irreconocible al igual que sus compañeros en el mundial español y luego de jugar en el América de Cali, el Deportivo Pereira y el Cúcuta, regresa a Alianza Lima en donde juega hasta el año 1991. Su última gran actuación con la selección la brindó en las eliminatorias para México 1986. Uno de los más grandes genios que dio el fútbol peruano. Idolo de la tribuna. Demoró en explotar pero cuando lo hizo, escribió parte de las historias más gloriosas del fútbol nacional.

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